El año 2019, fue un año muy difícil para mi esposa y mi persona
en el ministerio y en el medio que nos rodea; hemos navegados en ríos de arena, nadados en agua tempestuosas de petróleo, arrojados a cisternas vacías; difamados por los de adentro y los de
afuera, separados de nuestros familiares
e inclusos de amigos.
Nos hemos sentido como el rey David, caminando entre escorpiones y dragones, utilizados
y burlados; como el Apóstol Pablo en Malta esperando a que cayera por la
mordida. (Palabras que solo un cristiano puede entender).
En una tarde de silencio absoluto, porque sencillamente los
dos no teníamos palabra que darnos, ella en la cocina y yo cerca, en el pc. El Espíritu
Santo nos hablo por medio de una hermosa canción del Apostol Billy Bunster
llamado “Sobre Alas de paloma” que se ha convertido en nuestro refugio, nuestra
fortaleza y porque no, nuestro auxilio (porque Dio es así); esa tarde, oh si,
un sábado hermoso, nuestros espíritus, alma y cuerpo fueron llenados por su presencia…
Pero no todo es valle de sombra y de muerte. El Señor nos
fortaleció con un bebé el cual pusimos por nombre Ezekiah Samuel; como viendo
por el lente profético; en este tiempo,
mientras estábamos rodeado de dragones y lobos, es donde el Señor más nos utilizó,
trayendo a más de medio centenar de almas a los pies de Cristo, hemos visto
crecer una congregación de la cual nadie apostaba nada y con la asesoría de
nosotros se ha multiplicado; también, más
de cien horas de predica y ministración, trayendo liberación a través de imposición
de manos a mas de 300 personas.
Todas esas cifras y demás son parte de lo que el Señor ha
hecho con nosotros.
El punto en todo esto, es que cuando sabemos en quien hemos creídos,
podemos decir que el Señor siempre, siempre estará allí, te hablara de mil
formas, sentirás hasta su respirar en el día de la angustia, tal vez no la podrás
distinguir, pero él estará allí contigo, porque si del árbol verde hicieron
horrores, que no harán de nosotros….
Espíritu Santo, anda, vuela como Alas de Paloma, como Alas de
Querube, ve y cuéntale a mi amado, que mi esposa y yo le amamos…
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